lunes, 10 de enero de 2011

Gracias, Ministerio de Sanidad.

Soy de la llamada clase "Fumanchú" desde hace bastantes años y por una vez me siento agradecido al consenso social que ha supuesto la prohibición, otra más eso sí, del consumo de tabaco en determinados lugares.
Casi todos excepto parte de la calle y tu propia casa. Me ahorro copas en los bares, cortados inútiles, coladas y sobre todo he descubierto un nuevo e insospechado elenco de olores que antes me pasaban desapercibidos: El sobaco del mal duchado compañero de barra, alitosis, esa gamba medio podrida y algunos servicios de los locales públicos llamados bares.
Solo me falta tener acciones en las empresas de estufas exteriores, farmaceúticas del cigarrillo electrónico y de las empresas municipales de limpieza de calles. Para esos la felicidad es completa.

No hay mal que por bien no venga.

miércoles, 5 de enero de 2011

Alguna tontería

Dudas existenciales.

Hay objetos perdidos y objetos de perdición.
¿Donde clasificarnos? Sin etiquetas.