viernes, 18 de abril de 2025

La repoblación

 Mundo Campestre.


Algún día tendrá nombre.


Costó arrancar del castillo tras una dosis nocturna, no sé si necesaria, de Leo Harlem para apaciguar la intensidad que nos habían provocado los Indios Tabajaras.

las vecinas.

Entre nubes habíamos decidido ir al mercado mensual alternativo de Olba, pero un charla sobre plantas y árboles medicinales en Villa Purificación era tentadora, si bien el antecedente del acto del "Lama" nos frenó. Lástima, pillamos solo el final aunque alguna enseñanza nos llevamos. Hablaremos de árboles.

En estos momentos es cuando uno se vuelve a plantear dejar la gran urbe en busca de una vida más rupestre y recogida. Incluso para mí, un urbanita compulsivo que adora  el anonimato de la ciudad.

Del mundo vegetal reconozco la farigola, el romero, los pinos, las higueras y poco más. Hoy puedo añadir el roble, el chopo y el nogal. El álamo casi me lo sé y me atrevo a opinar sobre un sauce y una salguera, (arbol de la aspirina). Espero sea suficiente para aprobar el trimestre y me conmuten la falta de asistencia.

Chopo blanco, (el clásico) y chopo negro, (el salvaje)


Repasaré, sin duda, pero el mercado de Olba esperaba. Atravesando Los Cantos, Los Ibañez y los Lucas observamos el incremento de población con muchas casas restauradas después de años de abandono por la migración a las ciudades. Hay un efecto de retorno al terreno. Muchas parejas con niños que repoblan buscando calidad de vida,  huyendo de la especulación inmobiliaria. y lo que es el mercado, ya empiezan a subir los precios incluso aquí.

Bailes regionales sin identificar.

De momento muy felices y organizados en la capital, Olba. Mercadillo alternativo con actividades variopintas para todos los públicos.

Da gusto cumplir estas normas.


"Allá donde fueres haz lo que vieres". Seguro que acabas aportando.

"No hase falta decir nada más)




hase, esto.


El exquisito menú para llevar a la friolera de 8 euros nos dejó planchados hasta media tarde y esta vez ni los Tabajaras lo pudieron remediar.

Una huida a tiempo, pero la lluvia también quería despedirse de nosotros, un momento de lucidez hizo que los paraguas solo sirvieran como apoyo al volver de la Fuente La Cerrada, pisando fango, camino de la socorrida terraza cubierta de La Sede.

Y a golpe de huevo duro acabamos en los brazos de morfeo. 


Sigue amaneciendo.


Esta vez el alba fue húmeda, camino de la playa...

Continuará...

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