Somos una generación, los de la década del 60 +o -, que hemos tenido cierta suerte: Aún no hemos pasado hambre. Vivimos nuestra ñiñez mejorando siempre la vida de nuestros padres. Del tema político, éramos demasiado jóvenes para enterarnos de los recortes de libertades que si sufrieron los algo más mayores.
Tuvimos bici, luego moto y más tarde pudímos emborracharnos sin mayor peligro que una complice reprimenda de nuestros padres. Los que tuvimos suerte de probar las drogas justas y los también leves sustos de tráfico debemos considerarnos unos privilegiados. Algunos han fabricado hijos bastante normales y no muchos son los que pringan pasando pensión a su ex. Tenemos nuestros pequeños vicios y de vez en cuando hasta tenemos sexo. Además tenemos fútbol, el circo moderno.
Esperemos que dure y sepamos ser conformistas con la que nos tiene que caer.
Pan y circo
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