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Pentagrama, con la sombra de la chica de ayer. |
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El Casar (Madrid sur). |
Puede que al final, Malasaña en la figura de Antonio Vega castigara mi soberbia sobre la capital. Hace relativamente poco que he vuelto a conducir sobre cuatro ruedas y aún estoy actualizándome con las casi imprescindibles ayudas del navegador. En mi celo de ajustar el móvil en el rudimentario soporte del coche de Ramón (la culpa es de Serra), que todo influye, lo apagé. El teléfono es relativamente nuevo y recordé que no le había cambiado el pin al de siempre, que es lo que se debe hacer. Dos intentos fallidos y la desesperación en el parking de El Casar. Me pregunté que números tenía memorizados de mi agenda. ¡Casi ninguno!.
Gregerías vistas desde el Hostal. |
Era poco después de mediodía, la primera alternativa era volver a la pensión, Ramón no embarcaba hasta media tarde y había consignado las maletas. Una marcha atrás que descarté, aún con lo que me cuesta preguntar a la gente, pero por una vez decidí una huida hacia adelante. No me esperaban hasta última hora, mentalicé el mapa que había mirado someramente el día anterior con Priego de destino final. Había que ir en dirección Guadalajara y desviarse hacia un embalse que merecia visita. Pues ¿palante!.
Di unas cuantas vueltas por el extrarradio de Madrid por la M 30, 35, 40 o no sé cual, buscando Guadalajara, llegué y poco después vi indicadores de Salmerón, (el embalse), Lejos estaba cuando pregunté en la gasolinera, tuvo que salir el jefe a indicarme, iba en buen camino.
Amablemente me cedieron un teléfono. Era el cambio de turno de las tres y caí que el fijo que recordaba, el de la tienda "La Bola" no abría hasta las cuatro. Infructoso intento con el de Montse y vuelta a la desesperación que superé con un excelente menú en el propio Salmerón.
Con el estómago lleno y en la ruta correcta enfilé para la Serranía.
Ya en la capital del mimbre, excelsa amabilidad del gasolinero, me volvió a prestar sin condiciones la linea telefónica. Llamada a Cabini, en catalán, el más análogico de mis amigos pero del único que memorizaba el número, que me cede el contacto de mamá Silvia que todo lo soluciona. Tal como está el "pishing" o como se llame, casi nadie contesta una llamada de la provincia de Cuenca. Secretaria para todo, gracias Silvia, pude no sin dar alguna vuelta más llegar a mi destino, Entre la plaza de toros, (como no), y el cuartelillo de la benemérita, (también como no) me indicó el "hombre REPSOL", (publi por su ayuda).
alfareros |
Instalado y con la precaución de no volver a perderme, deambulé por la Avenida Luis Ocaña, el legendario ciclista, hijo ilustre de la villa. Iglesia, plaza ayuntamiento, calle Larga incluso la calle de la Loma, no me iba a librar de cerros aunque la primera impresión fue que la categoría de montaña iba a imponerse. Hoces que no tajos.
Lo que no cambia desde el sur y el día de Madrid es la buena costumbre de acompañar la bebida, cerveza básicamente, con una tapa más o menos generosa. Aún entrenado en los liges barcianos, mi estómago de "señor mayor de pelo blanco" debe medir el colesterol y otras mandangas sanitarias.
Prou bé, aunque salve los muebles reduciendo al botellín, (quinto en Bcn).
Ya con mi anfitrión libre, entre quinto-tapa y tapa-quinto, prometió llevarme a "Benidorm" al día siguiente, con visita previa a un monasterio. Buen titular para un free tour.
Cultura del mimbre y del cáñamo. |
Continuará...
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